La gripe (también conocida como influenza) y el resfriado son dos de las enfermedades virales más comunes y frecuentes debido a su alta probabilidad de contagio. La causa principal por la que se transmiten estos virus es el contacto con alguna o varias personas infectadas. Lo que sucede es que, al hablar, estornudar, toser y/o sonarse la nariz, estas personas expulsan ciertas gotas de secreciones que contienen el virus y que pueden llegar a caer en la nariz o boca de alguien más, así como, en superficies u objetos de contacto cotidiano. Igualmente, durante los climas fríos existe mayor probabilidad de contagio debido a que los virus aumentan su facultad de supervivencia y transmisión con las temperaturas bajas y, además, la capacidad defensiva de la mucosa de las vías aéreas superiores puede descender, lo cual expone aún más al cuerpo a contraer alguna enfermedad infecciosa.
Resulta bastante común confundir estas infecciones debido a que los síntomas pueden ser muy parecidos al principio. Sin embargo, es muy importante saber que sí existe una diferencia entre gripe y resfriado y que la primera suele ser una enfermedad a la que hay que prestar más atención, puesto que el riesgo a sufrir complicaciones graves para la salud es mayor (sobre todo en niños menores de 5 años, mujeres embarazadas, personas mayores de 65 años y/o que sufran algún tipo de enfermedad crónica). Una de las diferencias más evidentes entre la gripe y el resfriado es que, aunque ambas infecciones son causadas por virus (es decir que son virales), la gripe tiene su origen en el virus de la influenza, lo cual ocasiona que sus síntomas sean mucho más intensos y debilitantes, mientras que el resfriado es causado principalmente por el rinovirus. Otro factor que puede ayudar a diferenciar entre gripe y resfriado es que los síntomas de gripe aparecen de manera más rápida e inesperada que los síntomas del resfriado, los cuales se presentan de forma más gradual y menos agresiva. A su vez, la duración de los síntomas de un resfriado normalmente no supera los diez días, mientras que los síntomas de gripe pueden durar entre 7 y 14 días (1-2 semanas). En cualquier caso, es fundamental contar con la supervisión de tu médico de confianza en todo momento y visitarlo si los síntomas:
-Persisten más tiempo del estimado.
-Empeoran en lugar de mejorar.
-Desaparecen y vuelven a aparecer al poco tiempo.
Otra diferencia entre gripe y resfriado es el tratamiento. Si bien, una de las más frecuentes y eficaces recomendaciones para ambas enfermedades es aumentar el descanso y la ingesta de líquidos con el fin de recuperar y mantener el cuerpo hidratado. Para el resfriado común es frecuente el uso de antigripales para aliviar cada uno de los síntomas que se estén padeciendo, mientras que en el tratamiento para la gripe también puede indicarse los antivirales dependiendo de la gravedad y situación general del caso que se esté presentado. Además, como ya se mencionó, la gripe tiene mayores posibilidades de complicarse, por lo que necesita más observación y descanso. No dudes en contactar a tu doctor de inmediato si notas fiebre elevada y persistente, dificultad para respirar, dolor en el pecho o cualquier otro síntoma extraño o fuera de lo común1.
Por último, los síntomas que tienen en común la gripe y el resfriado y que pueden contribuir a que se confundan las enfermedades son:
- Congestión o escurrimiento nasal (más frecuente en el resfriado que en la gripe)
- Dolor de cuerpo o malestar general (más frecuente en la gripe que en el resfriado)
- Dolor de garganta (más frecuente en el resfriado que en la gripe)
- Estornudos (más frecuente en la gripe que en el resfriado)
- Tos (frecuente tanto en la gripe como en el resfriado)
Adicionalmente, la gripe también puede ocasionar de manera frecuente fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y, en algunos casos, fatiga o cansancio, disminución o pérdida del apetito y hasta diarrea. Por su parte, el resfriado también puede incluir dentro de sus síntomas ojos llorosos.
Fuentes: