Los medicamentos antipiréticos nos ayudan a reducir la fiebre, los antipiréticos inhiben la síntesis de prostaglandinas, el cual actúa en el centro de control de la temperatura.
Los antipiréticos son recomendados para combatir los síntomas de la fiebre. Cuando tomas antipiréticos, buscas reducir temperatura corporal y, de esta manera, aliviar síntomas como dolor de cabeza, dolor muscular o deshidratación.
Cuando usar un antipirético
El principal beneficio de los antipiréticos es que ayudan contra los síntomas de la fiebre. En muchas ocasiones, se transforma en el mejor antigripal que pudiéramos tener. Un antipirético puede considerarse ideal para el tratamiento ideal para combatir los síntomas originados por la gripe. Este principio activo actúa disminuyendo la temperatura corporal y alivia los dolores articulares, musculares y las cefaleas.
Además, este tipo de medicamentos suelen ser expectorantes, tradicionalmente usados cuando tienes tos crónica o son prescritos para aliviar los síntomas de la tos seca.
Es importante combatir los síntomas de la fiebre desde el principio. Los primeros síntomas de la gripe suelen ser escalofríos, fiebre elevada, dolor muscular y articulares o cefaleas. Ya posteriormente, llegarían los procesos catarrales. Todo este proceso suele durar alrededor de 2 a 4 días, siendo ahí cuando empiezan a bajar los síntomas de la gripe y la fiebre desaparece. Es recomendable iniciar el tratamiento con un antigripal debe comenzar desde el momento que empiezan los síntomas.
Cómo se clasifican los antipiréticos
Según las propiedades y la composición química, los antipiréticos se pueden dividir en 4 grupos principales:
- Aminofenoles: la mayoría de los productos antipiréticos más vendidos actualmente pertenecen a este grupo. Tiene efectos antipiréticos y analgésicos, pero no antiinflamatorios. Además, apenas produce efectos secundarios gastrointestinales, aunque abusar de ellos puede producir insuficiencia hepática.
- Salicilatos: este compuesto tiene acción antipirética, analgésica y antiagregante plaquetario. A este grupo pertenece el ácido acetilsalicílico. Este tipo de fármacos producen la inhibición de la ciclooxigenasa, una enzima que produce prostaglandinas y mediadores de la inflamación. Hay un amplio listado de recomendaciones de cara a su uso, como por ejemplo no tomarlo con el estómago vacío, no deben consumirlo personas con asma, con antecedentes de úlceras o tener cuidado si estás en tratamiento con otros medicamentos.
- Pirazolonas: se suelen usar para bajar la fiebre gracias a su compuesto antipirético y analgésico. Productos con este compuesto han sido prohibidos en muchos países debido a que pueden provocar reacciones adversas graves como agranulocitosis y anemia aplásica. Además, pueden provocar hipotensión y reacciones alérgicas.
- Derivados del ácido propiónico: este tipo de compuestos tienen una función más analgésica y mucho menos antipirética o antiinflamatoria. Suelen ser recomendados para combatir los dolores musculares y articulares.
Recuerda que los antigripales Tabcin® tienen efecto antipirético, por lo que es una opción para ayudar a disminuir la fiebre.
En especial, Tabcin® Efervescente y Tabcin® 500 son dos de los antigripales que, gracias a su fórmula con ácido acetilsalicílico, ayudan en el alivio de los síntomas de la gripe como la fiebre, el dolor de cabeza, la congestión nasal, cuerpo cortado, dolor de garganta o incluso si tienes estornudos o los ojos llorosos.